Completando el rompecabezas del alma | Literatura
Fuente: Pixabay
El tiempo pasaba y no lograba articular sus palabras con claridad. Frente a la página en blanco, todo parecía absurdo, quizá un poco desarmado. Se miró al pecho. Ahí estaba el espacio donde debía encajar la pieza que buscaba. Pero no lograba dar con ella y esta noche, como todas las anteriores, saldría a buscarla. Dejó atrás su historia, lo que quería completar, el vacío no lo dejaba pensar.
Pasó la primera noche, encontró una pieza, pero le faltaba un lado completo. La colocó en el espacio, pero le faltaba demasiado para hacerse feliz mutuamente. No sería funcional para él seguir intentando, no tenía tiempo para perder. Pasaron varias noches y no lograba dar con ninguna. Dejó su zona de confort para aventurarse a espacios más atractivos, áreas que lo hicieran salir de su seguridad. Quizá así daría con esa pieza que necesitaba.
Así que siguió caminando, buscando la alternativa que le llevara a donde debía estar. ¿Sería el barrio donde temía ir? ¿Podría estar allí? Luego de un paso fugaz se dio cuenta que la tranquilidad no estaba presente en ese lugar. Quería paz, quería dar con personas que como él, se sintieran cómodas dentro de un libro lleno de espaciosvacios.
Así que se fue hacia el parque, rodeando las grandes casas. Allí, en sótanos convertidos en hogares y negocios, habían muchas piezas que podrían ser la indicada en bares donde la poesía goteaba desde las puertas. Probó algunas alternativas, sin mucha suerte.
Entre susurros y comentarios ahogados, se descubrió una rareza en su primera noche allí en ese espacio lleno de gente similar a él. Se dio cuenta de algo atemorizante. Su espacio era más grande, su forma más extraña. Pero aún así, no se desanimó. Y siguió llegando, todas las noches a conocer a piezas que no encaban, a intentarlo sin exito. Pero estando así, creyó encontrarla.
Allí estaba un rompecabezas vestido de rojo pasión, sentada viéndolo con picardía. Se le acercó y hablaron, y al tomarse de las manos pensó en todo el tiempo que pasó buscandola. ¿Era esta? ¿Finalmente lo completaría? Sus labios entraron en contacto, pero nada pasó. Con dolor se dio cuenta que su esperado complemento también tenía un espacio vacío, y que él no tenía esa pieza. Se dijeron adiós en espera de encontrarse en el futuro.
Pero mientras se alejaba, su alma se rompió en pedazos. ¿Por qué no lograba tener en sus manos a la pieza que lo lograría completar? Quería que esa fuese la pieza, la que finalmente lo haría un ser sin espacios. Pero no, ahí quedaba ese vacío. No estaba completo, pensó que quizá jamás lo estaría, que no era su destino.
Así que siguió caminando, alejado de la gente que en su incompleta imperfección, seguía por sus vidas como si nada pasara. Pasaron a su lado dos completos, de la mano esos chicos que sonreían a la nada, siguiendo juntos en perfección. Un remiendo en una de sus piezas llamó su atención, pero no lo pensó mucho. El amor tenía tácticas raras para completar las almas de todos.
Él seguía esperando encontrar en el camino algo que lograra llenar sus noches, que le hiciera llegar el aire de nuevo. Al final, sus pies lo llevaron a un puente sobre el pequeño lago. Sobre el agua solo estaba el reflejo de la luna, frio y distante y como se sentía. ¿Estaba allí para sentirse solo? ¿Para no despegar jamás del aura que lo perseguía? ¿Era eso todo?
Pero mientras miraba al reflejo del agua sobre el lago, lo comprendió. Su búsqueda era inútil, jamás encontraría la pieza en otros. Como una helada epifanía comprendió que lo que buscaba lo tenía en sus manos. Siempre estuvo allí la respuesta, no sería un complemento. Sería grande por si mismo, creciendo desde dentro como un puzzle ordenado.
No necesitaba de nadie para completar el puzzle de su alma, sólo tenía que construir la pieza con sus pasiones. Y con esa verdad, siguió caminando en la noche, sin notar que paso a paso, un trocito del espacio se llenaba con el conocimiento de que solo así podría lograr cambiar su rompecabezas. Por fin estaría completo.
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¿Y tú por qué buscas algo que crees que te falta?
Muchos pensamos en que si tenemos esto o aquello seremos felices, o tendremos las respuestas a nuestros dilemas. La verdad es que a menos que sean respuestas de un examen las que nos lleguen de repente, la vida rara vez tiene eso que (creemos) nos falta. En lugar de verlo asi, tenemos que aprender a internalizar y a tejer nuestras piezas.
Hay que reconocer lo que nos falta en realidad, lo que queremos y lo que buscamos aprender. Una vez que determinemos esas realidades tendremos mucho mas para aportar a nosotros mismos y a quienes nos rodean. En lugar de buscaruna pieza por todos lados, empecemos a pensar en construirnos. Lograremos mucho más creciendo desde adentro, que buscando cosas por fuera.
Y aunque no nos parezca correcto en ese momento, tenemos que aceptar que las lecciones que aprendemos nos llenan por completo. Por algo dicen:
La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas.
¡Gracias por leer!
-A.
Sip definitivamente soy tu fan!!! XD muy buen post. Realmente me gusto mucho, y estas en lo cierto muchas veces todas las respuestas estan dentro de ti mismo. :)
¡Gracias! Me da un poco de pena si te soy honesta jajaja pero si, todas esas respuestas están ahi en nuestro corazón y cerebro. Y mientras mejor logremos comunicarlos, mejor nos irá.
PD: ¿Tienes algún prompt para mi? Te agradecería mucho ese aporte :3
-A.
Y es que hay que defender este pensamiento de aquí al infinito, uno no necesita algo más sino a si mismo, total, en un final o en cualquier momento lo único que tendremos es aquello que nos transporta... nuestro cuerpo, a nosotros mismos. Saludos!
¡Claro que si! De hecho estoy en una campaña personal contra las relaciones de guata: las que solo buscan rellenar los huecos en la vida de las personas. Suelen causar mucho daño a ambas partes y no llevar a vidas felices. Por eso, construir nuestro propio mundo para luego compartirlo, esa es la clave de una buena vida. ¡Gracias por leer!
-A.