Wordsmiths Fiction Semana 6: Temporada 24 – El Misterio del Proyecto Z
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Dineth, un gran aficionado a la ciencia, pasaba horas construyendo robots y mezclando líquidos extraños en tubos de ensayo en el laboratorio de su abuelo. Y también leía los libros de ciencia que este le había dejado.
Un día, mientras organizaba el laboratorio de su abuelo, encontró una pequeña caja de metal con un interruptor y una nota.
"Proyecto Z: No se probará. No está listo."
Dineth se sorprendió y sus ojos se iluminaron de emoción.
¿Qué era el Proyecto Z? ¿Un dispositivo para viajar en el tiempo? ¿Un teletransportador? La nota no mencionaba nada. Tomó la caja y fue a su habitación. Cerró la puerta con llave. Luego la revisó con curiosidad.
No tenía ni idea. Al día siguiente, leyó más sobre los inventos de su abuelo. Pero el misterio de la caja siempre lo rondaba. Una tarde lluviosa, pulsó el interruptor. Pero no pasó nada. Estaba decepcionado. Pensó que estaba roto. Pero cuando se giró para irse, la caja se iluminó y emitió un suave zumbido. La habitación se llenó de una luz azul. Las paredes empezaron a temblar. De repente, una voz grave salió de la caja.
Acceso concedido. Inicio del transporte en 10... 9... 8...
Se quedó paralizado, sin saber qué hacer, escuchando aquella voz mecánica, mientras las paredes de su habitación temblaban como si fuesen a desaparecer; cuando la cuenta regresiva llegó a cero, un fogonazo blanco enceguecedor estalló en su cerebro y percibió impactado cómo su cuerpo parecía convertirse en miles de partículas que se desintegraban en el aire hasta que la inconciencia fue total. Cinco minutos más tarde, recobró el conocimiento; se dio cuenta enseguida de que continuaba en la misma habitación, pero todo cuanto había en ella lucía diferente: la cama, las cortinas en las ventanas, las puertas del closet y hasta la pequeña lámpara que colgaba del techo parecían antiguas… Y entonces Dineth lo comprendió todo: había sido transportado al pasado.
La futura abuela / F
Abrió con mucha cautela la puerta del cuarto y comenzó a bajar lentamente las escaleras que lo conducirían a la sala. Sintió el traqueteo de una máquina de coser y observó a la mujer de rostro encantador enmarcado por una negra cabellera que le caía con señorial elegancia en los hombros; no pudo evitar el grito de sorpresa y admiración que brotó de su garganta: ¡Abuela! Ella levantó la vista extrañada, lo miró de arriba abajo como buscando una explicación lógica para la aparición intempestiva de ese adolescente en su casa, hizo un gesto de extremo hastío y le dijo: Váyase de mi casa, muchacho sinvergüenza, ya las locuras de mi marido no las aguanta nadie; y lo echó de allí advirtiéndole que no se atreviera, por nada del mundo, volver a fastidiarla.
Dineth no tuvo tiempo de decir nada, el mal genio de aquella abuela todavía joven contrastaba con la tierna dulzura de la bondadosa dama que recordaba de su niñez. Caminó sin rumbo fijo, escudriñando con atención el pintoresco paisaje de casas y automóviles de un pasado al que jamás pensó visitar, hasta que sus pasos lo encaminaron al viejo parque que se encontraba cerca del río que atravesaba la ciudad. Se sentó al frente de un vetusto tobogán a pensar en la engorrosa situación en que lo había sumergido su curiosa osadía. No tenía ni idea de cómo regresar al tiempo de donde había salido y estaba completamente solo, atrapado en una época que no era la suya.
Decidió entonces regresar a la casa de la abuela, allí se encontraba el alucinante artilugio que lo trasportó al pasado y debía, además, hablar con el abuelo, entre los dos podrían buscar una solución que le permitiera regresar al mundo al que pertenecía. En cuanto lo vio en la puerta, la mujer, malhumorada, comenzó a decir que cómo era posible que ese hombre llegara a los extremos de meter a un muchacho desconocido en la casa solo para convencerla a ella de que su bendita máquina del tiempo sí funcionaba; a quién se le ocurre que ese era un nieto que venía del futuro, solo a una mente desquiciada como la de su marido que siempre andaba imaginando estupideces. Por eso lo había botado de la casa, porque nada hace una mujer con un hombre que nada produce y, por mucho que lo quiera, no le queda más remedio que apartarlo de su vida; sin embargo, en lugar de regresar con buenas intenciones, dispuesto a ayudarla a trabajar, se inventa esta historia contigo, muchacho, que también te prestas para llevar a cabo tantas locuras sin sentido.
Dineth prefirió quedarse callado, nada quiso contestarle a la abuela sobre su monumental equivocación. Dentro de breve tiempo, de eso estaba seguro, se arreglarían las cosas entre ellos, engendrarían los tres hijos que luego tuvieron y continuarían unidos hasta la muerte. Simuló que se marchaba de nuevo, pero entró por la puerta de atrás, sin que ella se diera cuenta, al laboratorio del abuelo. Allí estaba la caja de metal con el interruptor, no tenía todavía la nota que la identificaba como Proyecto Z con la advertencia de que no debía usarse.
Dineth, sin pensarlo mucho, pulsó el interruptor, era la única forma de saber si podía regresar al futuro. Después de la luz azul y el fogonazo blanco en el cerebro, despertó en su habitación, en el luminoso presente de su adolescencia. Pobre, abuelo, pensó en ese momento, nunca pudo comprobar que el más grande de sus inventos sí funciona. En ese momento un chisporroteo impertinente interrumpió sus pensamientos y Dineth se percató de que todos los componentes de la caja metálica se habían calcinado en un solo instante.
Hello @cruzamilcar63 , thank you so much for taking part in Week-6 of the Steemit Challenge - Season 24! We truly appreciate the time and creativity you put into your entry. Your assessment, including feedback and scores based on our evaluation criteria, is provided below.
Feedback
You did a great job but probably a little touch of fiction at the end would make it even greater.
Gracias por la evaluación y verificación...
Al menos Dineth pudo viajar en el tiempo y confimar que sí se podía hacer. Su abuelo era un genio!
Lo malo es que más nadie lo sabría porque la caja se desintegró. Quién le creería su extraña experiencia, sin pruebas y sin evidencias?
Estoy encantada de leerte. Gran saludo!
Creo que la caja se desintegró porque, tal como se advertía, aún no estaba lista; funcionó por lo tanto una sola vez. Gracias por su lectura y comentarios, amiga. Saludos.
Muy original que la caja del proyecto Z transportaba a Dineth al pasado, me sorprende el final pues la máquina se fundió solo Dineth sabe que la máquina si funcionó pero era de dos tiros, uno de ida y otro de vuelta. Me estoy imaginando que Dineth tendrá ahora la tarea de reconstruir el invento de su abuelo para lo que deberá estudiar todos sus notas.
Te deseo mucha suerte y éxitos..!
La falla de la caja, al parecer, era esa: no se había determinado cuánto podía resistir, pero al menos el protagonista aprovechó para realizar un viaje... Gracias por su lectura, amigo. Saludos.