Mi sesión fotográfica

  Me complace tener la grata oportunidad de unirme a esta iniciativa que ha organizado nuestra querida amiga @franyeligonzalez porque, compartiré con ustedes una sesión fotográfica de un lugar muy especial para mi. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  El deporte es una actividad que de alguna manera u otra, siempre me busca y, aunque en reiteradas ocasiones he optado por mantenerlo distante de mi día a día, él tiene sus estrategias para envolverme y cuando me doy cuenta, nuevamente estoy sumergida en su mundo lo cual, debo admitir que es emocionante notar la relación que tenemos.

  Puerto Ordaz (Estado Bolívar) es una ciudad que me abrió sus puertas hace 17 años y, aquí he sido muy feliz porque, cada lugar que visito, deja una huella especial en mi corazón. Sin embargo, de todos los lugares que he visitado en este tiempo, el Polideportivo Venalum es mi refugio de ensueño porque, aquí he explorado varias actividades deportivas.

  Debido a lo especial que es para mi este lugar, sentí que era el momento de hacerle un homenaje y para ello, la inmortalización fotográfica de los puntos específicos donde he realizado mis actividades, iban a ser mis musas por lo tanto, la cámara de mi teléfono celular fue mi herramienta perfecta para este proyecto.

  Viajando en el tiempo gracias a mis recuerdos, llegué al año 2007 cuando me inscribieron en clases de tenis acotando que, este es mi deporte favorito y, aunque de lunes a sábado veo esa cancha, al ubicar el ángulo sentí la adrenalina que genera estar allí jugando.

  Mientras observaba la cancha, muchos pensamientos llegaron a mi mente y, inscribirme de nuevo en este deporte fue el más resonante pero, en vista de que mi tiempo está casi en colapso, sentí que era mejor continuar reviviendo en mi mente cuando iba de lunes a viernes a las 5 de la tarde a aprender la disciplina y técnica de este fantástico deporte.

  Me caracterizo por ser una persona muy sentimental con los recuerdos y, esta particularidad tiene sus puntos positivos pero, también sus negativos. Sin embargo, para esta sesión permití que la alegría y por supuesto, nostalgia asumieran el mando de mi instinto y me guiaran hacia donde tenía que dirigirme porque, en este tipo de dinámicas, el corazón es nuestro mejor conductor.

  El Polideportivo estaba muy solo porque, además de ser sábado, fui a las 6 de la mañana pero, en gran medida me encantó tener el lugar prácticamente solo para mi porque, de esa manera iba a realizar mi sesión fotográfica con más calma y, disfrutando al máximo cada punto específico.

  Siguiendo mi recorrido, llegué a la pista de atletismo y, este deporte lo practiqué motivada por mi papá y, admito que antes de conocerlo no me gustaba mucho pero cuando recorrí mis primeros 100 metros planos, quedé muy encantada y, disfrutaba tanto este deporte que, antes de realizar mis clases de tenis, me iba a la pista de atletismo.

  Un dato icónico de esta pista de atletismo es que, mi fascinación con el número 5 surgió aquí porque, cuando recorría los 100 metros, ubicaba este carril destacando que, por primera vez hice este recorrido un 5 de mayo de 2008 y, cada vez que enfoco este número estrella, inmediatamente viene a mi mente esa maravillosa pista que me dio la oportunidad de sentirme parte de ella.

  Continuando mi viaje, no podía dejar de retratar las gradas de la cancha de fútbol porque, allí en reiteradas ocasiones estuve como aficionada cuando mi primo tenía juegos y lo íbamos a apoyar. Les cuento que el fútbol solo me gusta cuando se trata del Mundial pero, apoyar a mi primo era mi motivación por ello, lo acompañé con mucho amor.

  Como pueden notar, casi que todo el Polideportivo dejó su huella en mi y, aunque la cancha de voleibol de playa me gustaba, jamás practiqué este deporte al igual que, en ningún momento he sido aficionada de dicha actividad pero, este lugar tiene algo visual que me gusta mucho por ello, me encantaba acercarme cuando estaban practicando.

  Por un momento pensé que no era necesario fotografiar esta cancha porque, no tengo una historia directa que contar pero, la sensación que me genera ver ese lugar es algo que no sé explicar, hizo que tomara la decisión de retratarla y, tal vez en mi otra vida formé parte de un lugar así y, debido a ello disfruto observar dicha panorámica.

  La pista de cardio no podía quedar excluida de esta sesión fotográfica porque, aquí troté y caminé en compañía de mi familia además de que, el profesor de tenis siempre asignaba un día para que sus estudiantes recorriéramos 3 vueltas de esta pista y, es preciso destacar que, una vuelta tiene 750 metros.

  Tengo muchos recuerdos agridulces de esta pista porque, la primera vez que me dispuse a recorrerla, cometí el terrible error de subestimarla y al tener un ritmo de troté muy acelerado, solamente llegué hasta la mitad porque, perdí el aire. Hoy día esta anécdota me causa mucha risa y, siempre digo que pagué muy caro mi novatada.

  En cuanto al momento más especial de esta pista se trata que, aquí troté mis primeros 5 kilómetros y, cuando hice esta hazaña me sentí orgullosa de mi misma porque, allí comprendí por qué mi papá al igual que mis tíos aman tanto trotar y se han dedicado a este deporte por tanto tiempo.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Las imágenes presentadas en esta publicación, son de mi autoría, fueron tomadas con mi teléfono celular Tecno Spark Go 2024 y tienen exclusividad para esta publicación}